Coralia Lebron
Santo Domingo, RD.- En los últimos años, el emprendimiento ha roto las barreras físicas para instalarse con fuerza en el mundo digital. Esta transformación ha empujado a miles de negocios y emprendedores a salir de su «zona de confort» y aventurarse en la creación de contenido, muchas veces sin tener claro cómo manejar su presencia en redes.
Pero más allá de subir un post o grabar un video, existe un componente esencial que muchos pasan por alto: El manejo de imagen digital. Esta se refiere a la forma en que una marca, negocio o figura pública es percibida por su audiencia, ya sean clientes, usuarios o simples espectadores. Todos, sin excepción, pueden influir en el crecimiento o declive de una marca personal o emprendimiento.
Entonces, ¿qué hacer para evitar errores que podrían costar años de esfuerzo? La respuesta es simple: buscar ayuda profesional. Si no sabes por dónde empezar o sientes que estás improvisando o estancado, es momento de acudir a mentores y expertos.
En el manejo de imagen digital no solo importa el contenido, sino también qué se publica, cuándo se hace y cómo se presenta.
Este proceso abarca la imagen verbal (lo que decimos y cómo lo decimos), la imagen física (cómo nos mostramos) y la imagen de marca (cómo nos proyectamos en el mercado). Y todo esto cobra aún más relevancia ante situaciones sociales delicadas, como lo pudimos ver ante la reciente tragedia ocurrida en el centro de entretenimiento Jet Set. El colapso de información en redes sociales dejó al descubierto a muchos creadores de contenido que, guiados por la emoción o la falta de preparación, reaccionaron de forma inadecuada ante lo que estaba ocurriendo. Enfrentando así, las consecuencias de no haber contado con una estrategia de manejo apropiada.
La lección es clara: evitar estos errores es posible si nos preparamos. Tomar mentorías y asesorías en manejo comercial, emocional, branding, emprendimiento digital e imagen personal no es un lujo, sino una necesidad. Recordemos que nuestro primer producto es nuestra imagen, y debemos aprender a comercializarla de forma coherente, respetuosa y estratégica.
